Escribir un correo electrónico en frío es fácil. Eso es lo que piensa la gente – me refiero a la gente que nunca ha intentado escribir uno. No es fácil por muchas razones, pero sobre todo porque tenemos que recordar muchas cosas a la vez mientras lo escribimos. En realidad, tenemos que recordar al menos diez cosas. Yo las llamo las Reglas de Oro del correo electrónico en frío.
Tanto si llevas tiempo enviando correos electrónicos en frío, como si acabas de empezar y aún no has enviado tu primera campaña de correo electrónico en frío, deberías conocerlas de memoria. Aquí están.
Regla nº 1: Sé breve
Esto es casi aburrido, ¿verdad? Si alguna vez has leído algún post sobre cómo escribir correos electrónicos en frío – siempre está ahí: hazlo corto. No más de 2-5 frases. Eso es todo lo que necesitas. Sin embargo, la mayoría de las personas que suelen enviarme correos electrónicos en frío nunca han oído hablar de la regla número 1. O eso, o simplemente han decidido ignorarla (lo cual es un gran error).
Así es como funciona: A la gente no le gustan los correos electrónicos largos. La gente no suele leer correos electrónicos largos. La gente nunca lee correos electrónicos largos de extraños. La gente no puede responder con nada más que “déjame en paz” a un correo electrónico que ni siquiera ha leído.
Regla 2: Mantén la lógica
Desde el principio, que es la línea de remitente, hasta el final, que es la firma, nuestro mensaje tiene que ser lógico. Tiene que tener sentido. Si nuestro correo electrónico es razonable, demuestra que somos una persona razonable. Asegurémonos siempre de que nuestro destinatario sabe por qué nos dirigimos a él, qué le ofrecemos realmente y cuál es el siguiente paso.
Cada parte de nuestro mensaje tiene que coincidir lógicamente con las demás. Si el destinatario siente por un segundo que algo no está del todo bien aquí, esto puede ser motivo suficiente para que borre nuestro mensaje.
Regla nº 3: Hazlo valioso
Sea cual sea el tema que escribamos en nuestro correo electrónico, tiene que ser valioso para nuestro destinatario, por supuesto, si queremos que nos responda. Nuestra introducción, así como el propio discurso, tienen que ser relevantes para el cliente potencial. Así que si les ofrecemos algún tipo de solución, asegurémonos de que resuelve un problema que realmente puedan tener.
Sólo si sienten que realmente pueden salir ganando al iniciar una relación con nosotros, considerarán respondernos.
Regla nº 4: Nunca se trata de ti
A nuestros clientes potenciales no les interesa la historia de nuestra vida. Les interesa la historia de su vida. A todo el mundo le gusta leer sobre sí mismo. Nuestro correo electrónico en frío no puede ser sobre nosotros o nuestra solución, porque honestamente – a nadie le importa. Sólo les importará si se trata de ellos y de una solución a sus propios problemas.
Siempre debemos centrar nuestro mensaje en el destinatario, nunca en nosotros mismos. Incluso en el discurso, cuando explicamos qué es lo que estamos ofreciendo. Sólo podemos escribir sobre nosotros mismos en el contexto de nuestro destinatario. Así que si sigues enviando correos electrónicos que incluyen una lista de características, déjalo de inmediato.
Regla nº 5: Conozca a su destinatario
Esta es la principal diferencia entre la difusión de correos electrónicos de calidad y el spam. Tenemos que saber a quién enviamos el mensaje. No quiero decir que lo conozcamos personalmente, por eso lo llamamos correo electrónico frío: porque no hemos contactado antes con nuestro destinatario. Pero tenemos que saber quiénes son, cómo trabajan, cómo hablan, qué les gusta, qué odian, cuáles son sus problemas. Sólo así podremos hacer que nuestro correo electrónico frío sea valioso para ellos (véase la regla nº 3).
Regla #6: No vender
El correo electrónico en frío no debe vender. No queremos cerrar un trato con un correo electrónico frío. Queremos iniciar una relación con nuestro prospecto. Por lo tanto, si nuestro correo electrónico, en cualquiera de sus partes, suena un poco a venta, debemos revisarlo.
Regla 7: Ser humano
Tenemos que olvidarnos de las fórmulas de los rasgos. Deja de ser un representante de ventas de una vez por todas. Deja de ser un robot de una vez por todas. Sé humano y escribe como un ser humano.
Tenemos que mantener un tono ligero y recordar que nos estamos dirigiendo a otra persona. Si sabemos quiénes son, también sabemos cómo hablan, y tenemos que hablar igual (véase la regla nº 5).
Regla nº 8: Hacer siempre un seguimiento
Un mensaje puede no ser suficiente (normalmente, no es suficiente). Algunas personas estarán demasiado ocupadas para respondernos, y simplemente se olvidarán del correo electrónico que les enviamos. Algunos no responderán a nuestro primer correo electrónico a propósito, sólo para comprobar si nos importa lo suficiente como para hacer un seguimiento. Por eso, el seguimiento es necesario.
Al hacer un seguimiento, demostramos a nuestros destinatarios que somos persistentes y que realmente nos interesa iniciar una relación con ellos.
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Regla #9: Lo que funciona para otros no necesariamente funcionará para ti
Antes de copiar y pegar una plantilla ya hecha y darle a enviar, deberíamos pararnos a preguntarnos si realmente se ajusta a nuestro público y al verdadero objetivo de nuestro correo electrónico. Cada uno de nosotros se dirige a un grupo diferente de clientes potenciales. Cada uno de nosotros quiere conseguir un objetivo un poco diferente con su correo electrónico frío. Cada uno de nosotros habla de la manera que le es propia.
Entonces, ¿por qué íbamos a copiar y pegar una plantilla ya hecha sin hacer preguntas? Si conocemos a nuestro grupo de prospectos (Regla #5) y si queremos hablar como un ser humano, no como una máquina (Regla #7), debemos escribir nuestros correos electrónicos por nuestra cuenta.
Por supuesto, podemos ver lo que ha funcionado mejor para otros y consultar las plantillas más eficaces. Eso siempre ayuda y aporta algunas ideas nuevas. Incluso podemos utilizar una estructura, un tono y unos mecanismos psicológicos similares para llegar a nuestros clientes potenciales. Pero el propio mensaje debe ser único, porque se supone que está hecho a la medida de nuestro destinatario.
Regla nº 10: Comprueba si tú mismo lo responderías
Es fundamental ponerse en el lugar de nuestro destinatario por un momento y comprobar si estaríamos dispuestos a responder al correo electrónico que hemos escrito. Es una prueba muy sencilla, pero muy eficaz, que cada uno de nosotros debería llevar a cabo antes de enviar nuestros mensajes. La forma más fácil es leer nuestro correo electrónico en voz alta para nosotros mismos y ver si suena humano, si no suena a venta, si tiene el tono que queríamos que tuviera.
Palabras finales
Si no cumples con las reglas, quizás sea por eso que tu alcance por correo electrónico en frío no es tan efectivo como podría ser. Comprueba tus correos electrónicos con esas diez reglas e intenta averiguar qué es lo que todavía se puede mejorar en tus campañas de correo electrónico en frío.
P.D. Si hay otras reglas importantes que crees que son cruciales y no las he mencionado aquí, no dudes en compartirlas en los comentarios de abajo.
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